La Capilla Sixtina está de aniversario, con nada menos que 500 años en su haber. Aunque fue construida en el año 1484, la decoración de Miguel Ángel no llegaría a verse finalizada hasta el año 1512. Hoy 500 años después son millones de turistas los que han pasado por aquí durante toda su historia.

De hecho, son tantos turistas los que quieren sorprenderse con todo lo que un lugar como este puede ofrecer a todo el mundo, que pueden poner en peligro la integridad de esta construcción y el número de turistas podría verse incluso restringido.

Es una enorme obra de arte que requiere de los máximos cuidados para su conservación y según Antonio Paolucci, director de los Museos Vaticanos, habrá que rebajar el número de visitas y dejarnos de instalar sistemas de climatización para mantener todas las obras de este lugar, porque sería algo costosísimo.

Algunos de los elementos más peligrosos para Paolucci son el polvo, la presión antrópica, el anhídrido carbónico y los cambios climáticos, son los que constituyen los principales elementos nocivos que cada viajero trae consigo y va minando poco a poco el microclima de la Capilla Sixtina. Esto no es algo nuevo, ya se ha hecho en varios lugares del mundo como por ejemplo algunas de las pirámides de Egipto. ¿Os parece correcta esta medida?

Vía: LaSexta