Desde hace décadas en España se ha sido bastante tolerante con los turistas extranjeros, muchas veces por desconocimiento de nuestras costumbres pero ahora llega un momento en el que hay que dejar de ser tan flexibles con la situación de riesgo que se llegan a producir en muchas ocasiones a causa de la ingesta de alcohol.

Un claro ejemplo es Lloret de Mar, donde la Policía se tuvo que emplear a fondo hace unas semanas cuando los turistas, muchos de ellos bajo los efectos del alcohol, se enfrentaron a ellos y rompieron escaparates, lunas de los coches e incluso incendiando un coche de la propia Policía.

El resultado fueron dos noches de conflictos, 20 heridos de los cuales 9 fueron agentes de policía y 20 detenidos. Toda una batalla campal en esta ciudad de 40.000 habitantes con 25 discotecas, 261 bares y cerca del millón de turistas al año.

Según declaraciones de Romá Codina, alcalde de Lloret de Mar, “hemos tocado fondo en estas cuestiones. Cerraremos los bares más conflictivos y prohibiremos la prostitución en público, además se acortarán los horarios de cierre de las discotecas y se tomarán enérgicas medidas contra el consumo de alcohol en menores además de intensificar la presencia policial”. Guerra al alcohol.

Vía: Presseurop