edimburgo
La capital de Escocia es una bellísima ciudad que, cada vez con más fuerza, está siendo un destino turístico de primer orden, por lo mucho que tiene que ofrecer como ciudad monumental y por su cercanía con otros bonitos destinos de Escocia para poder realizar excursiones. Para saber qué ver en Edimburgo, cuáles son sus imprescindibles, lo mejor es trazar una ruta turística para no desaprovechar el tiempo de nuestra visita

Qué ver en la capital de Escocia

Esta ciudad cargada de encanto, con adoquinadas calles y románticos rincones, es la clásica ciudad que hay que recorrer andando en la medida de lo posible, para no perderse detalle. Es mundialmente conocida por el castillo de Edimpurgo, antigua fortaleza y uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, tiene mucho que ver y se puede invertir bastante tiempo en visitarlo, pero es quizás una de las visitas más importantes que se pueden realizar a la ciudad. Además, está rodeado de bellísimos acantilados y desde allí se puede bajar al centro de la ciudad a través de una de las avenidas más populares y concurridas de la ciudad, la Royal Mile.

Esta avenida, la más famosa de la ciudad, tiene dos kilómetros de longitud y hay muchos edificios históricos de época que se pueden disfrutar mientras hacemos el recorrido. La Catedrral de St. Giles y el Palacio de Hoyorood son otros dos monumentos singulares que merece la pena visitar.

En el corazón de la ciudad encontramos Princes Street, la avenida principal, que divide Edimburgo en Old Town, el barrio antiguo, con pequeñas y coquetas calles y pasajes muy pequeños, que contrasta con la New Town, de avenidas anchas y bien trazadas.

Edimburgo fue erigida sobre siete colinas, y la más famosa es la Calton Hill, desde donde se pueden disfrutar de unas magníficas panorámicas y distinguir claramente las dos partes de la ciudad, además de contemplar acantilados tan impresionantes como los de Salisbury Crags o Arthur´s Seat, y los puentes que cruzan sobre el mar del norte.
Merece la pena visitar los jardines de Princess Street, con su monumeto a uno de los escritores escoceses más universales, Walter Scott, y tomarse un descanso en uno de los remansos de paz de la ciudad.

Para visitar Edimburgo conviene llevar zapato cómodo, debido a las empinadas cuestas y a los callecitas adoquinadas, pero sobre todo la Old Town merece la pena hacérsela caminando, para no perderse los innumerables rincones con encanto de esta magnífica ciudad.