Plasencia
El turismo de interior es una de las muchas opciones que podemos hacer como viajeros. Rincones como Plasencia nos deparan infinidad de sorpresas a las que poca gente puede resistirse. A pesar de que este destino no es tan grande como otros, con sus 40.000 habitantes está considerada como una gran ciudad en el norte de Cáceres.

Plasencia, un destino que sorprende a cualquiera

A pesar de su tamaño, no hay que llevarse a engaños porque este destino tiene mucho que ofrecer a todo el que lo visite. Es importante tener en cuenta que Plasencia es una ciudad histórica que ha tenido un gran peso en su entorno como Extremadura. Es un destino en el que conviven su más antigua esencia histórica como moderna, tenemos como ejemplo el palacio de Congresos.

Dar un paseo por sus calles es como hacer un viaje en el tiempo, donde pueden conocerse infinidad de propuestas diferentes. Una de ellas es las murallas de la ciudad, las cuales fueron creadas entre los siglos XII Y XIII.

Aunque mucha gente no se lo imagina, resulta sorprenderse encontrarse con la catedral de Plasencia. Normalmente suelen tenerla las ciudades con más población, aunque esta, por importancia la tiene. Apenas tres años después de su fundación, ya contaba con sede arzobispal, la cual tenía jerarquía sobre Medellín y Trujillo.

A primera vista, su diseño puede resultar algo caótico, pero eso es algo que la hace única. No hay duda en decir que se trata de uno de los rincones más recomendables de visitar en este destino tan importante.

La Plaza Mayor de Plasencia es otra de las propuestas más interesantes de la ciudad, la cual cuenta con un gran ambiente. En ella se puede ver gran parte de la vida de este destino que nunca deja indiferente a nadie. No es mal momento para hacer un alto en el camino y recargar energía comiendo y bebiendo algo en sus establecimientos de hostelería ubicados en las galerías porticadas que hay por la plaza.

De esta zona, el edificio más importante es el Ayuntamiento, una construcción que se remonta al siglo XVI. Cuenta con un reconocible estilo marcado por la transición del gótico al renacentista, algo que lo hace arquitectónicamente muy especial. En la torre del reloj se podrá ver al Abuelo Mayorga, uno de los iconos de este destino.

Si no todo el mundo se espera encontrarse con una catedral, tampoco se espera lo mismo con un acueducto. ¿Sabías que no solo Segovia cuenta con un acueducto? Así es, el Acueducto de Plasencia, no tan famoso como el de Segovia, es otro de los rincones de visita obligada en este destino.

Se trata del Acueducto de San Antón y sus orígenes se remontan a mediados del siglo XVI. El objetivo, era el de suministrar a la ciudad del agua que necesitaba procedente de las sierras próximas a la ciudad.

Y así es Plasencia, un rincón repleto de secretos, ¿te animas a descubrirla?